
El Libro que hoy les traigo es de un escritor Ruso que como otros, también tuvo la desgracia de ser conocido y admirado en la literatura solo después de su muerte. Leoníd Nikoláievich Andréiev así se llamaba el autor de esta impresionante y sin duda una joya de la Literatura Rusa – El Diario de Satanás.
Un relato “mágico y místico” que sin embargo cuando se le ve de más cerca y bajo otra mirada, está cargado de una profunda critica al lenguaje y el pensamiento humano como insuficientes para expresarnos y entablar una verdadera correspondencia con la realidad, lo extraordinario es inexplicable en el lenguaje. Debemos pues acudir a nuestras sensaciones más profundas, para entender la vida, la muerte, a través del amor, el odio, la tristeza.

No quiero cometer spoiler literario, pero quiero compartirles algunas partes de la primera parte del libro cuando el diablo se nos presenta a nosotros, a mí a ti, querido lector.
Mi soledad es absoluta. No siento necesidad de amigos, pero sí de hablar de mí y a nadie tengo con quien hablar. El pensamiento solo no es bastante. Y tampoco tiene claridad, distinción y exactitud suficientes si no se expresa con palabras; hay que ordenar los pensamientos igual que a los soldados o los postes del telégrafo; alinear los vagones de un tren; tenderles puentes y viaductos, hacerles terraplenes y estaciones en puntos determinados. Solo así pónense en claro los conceptos.
Si no me equivoco, a este esforzoso camino de presidiario, es a lo que los hombres llaman lógica; y es obligatoria para cuantos aspiran a ser inteligentes. Para los demás, no es obligatorio y pueden si gustan, meterse y ondular por toda fuerte de vericuetos por intransitables que fueran.
Resulta un trabajo lento, pesado y execrable para quien está acostumbrado a fiarlo todo… ¿cómo diría yo? A fiarlo todo a un solo aliento y expresarlo en él, todo. Por algo los mortales profesan tal consideración a sus pensadores y estos pobres pensadores a su vez, si son horados y no buscan el lucro con sus construcciones mentales, acaban en un manicomio.
… ahora mismo, sin ir más lejos, para expresar esta ideica sobre la insuficiencia de la palabra humana y de la lógica, he tenido que estropear un magnifico pliego de papel de EL ATLANTICO… ¡Humano! lo extraordinario es inexplicable en tu lenguaje. Y si no me crees, no tienes más que ir al manicomio más cercano y escuchar cómo hablan allí; todos han aprendido algo y se esfuerzan por expresarlo y no pueden; cual locomotoras tumbadas patas arriba, silban, mueven, sus ruedas en el aire y contraen sus caras, como pasmadas de asombro para toda la vida.

… me da miedo la oscuridad que los hombres llamáis noche y que se cierne ahora sobre el océano… es notable lo temerario que son los hombres con esos estúpidos espejillos de ojos, no ven gota, no parecen asustarse lo más mínimo y dicen con la mayor naturalidad: “oh, no se ve nada; hay que encender la luz”. Y luego, al acostarse ellos mismos apagan la luz y se duermen como lirones.
Cuando encarné su forma humana, hubo un momento, un segundo, que aun ahora recuerdo con espanto y fue cuando por vez primera, sentí palpitar mi corazón. Ese latido tan claro, recio y acompasado que parece medir los segundos y que lo mismo habla de la vida y de la muerte infundióme un medio y una emoción nunca hasta allí sentidos.
¡Qué famosos son estos hombres! Tienen la manía de los relojes y por todos lados partes los prodigan; pero ¿cómo podrán aguantar con tan flema en su pecho mismo ese reloj que con arte maravilloso, les van contando los momentos de vida?
Siento un gran enojo cuando me veo en él trance de coger un bastón de policía y poner un poco de orden en mi cerebro: hechos, a la derecha; ideas, a la izquierda; sentimientos, detrás de todo. Paso a Su Majestad la conciencia; que apenas si se puede tener sobre sus zancos.
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MAESTROS DE LA LITERATURA UNIVERSAL
RUSIA (1)
PUSHKIN – LERMONTOV – GOGOL – TURGUENIEV – DOSTOIEVSKI – CHEJOV ANDRÉIEV.
EDITORIAL LA OVEJA NEGRA LTDA 1984
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