En su momento el poeta Alberto Arvelo Torrealba abogó para que el gobierno nacional dragara nuestros afluentes y así nuestros pueblos ribereños se desarrollaran mediante el intercambio comercial. (Esto lo leí en un estudio que Alexis Márquez Rodríguez realizó sobre la poesía del laureado hijo del estado Barinas). Algo que nunca se realizó. Ahora, más que antes, estos pueblos están sumidos en el abandono.
Navegué el Apure, estuve en Arichuna y en Arichunita, estuve en el Orinoco y en Cabruta: vi la migración de las toninas, el rally de lanchas, el eterno peregrinar de la flor de bora y, en Semana Santa, como pululaban los hermanos evangélicos para hacer cultos a orillas de río. (Conozco la problemática existente, sobre todo de salud, pues nuestros hermanos carecen de ambulatorios e insumos médicos... casi no hay ambulancias fluviales, es más creo que en la actualidad no existen).
Venezuela tiene una deuda con quienes históricamente han estado desasistidos. Ojalá en un futuro, cuando pase esta nube negra, se retome el proyecto de Alberto Arvelo quien, como demostró Alexis Márquez, siempre estuvo preocupado por nuestros ríos, por nuestra gente, y que para hacer énfasis volcó su poética a una poética del agua.
Francisco Aguiar
0 comentarios:
Publicar un comentario
Evite comentarios que vayan dirigido a ofender la dignidad humana. No se permiten comentarios discriminatorios de ningún tipo.